Feria, de Ana Iris Simón

 


Título: Feria

Autor: Ana Iris Simón

Información técnica:

Editorial: Círculo de tiza

Publicación: 2020

Precio: 21,00€

ISBN: 978-84-122267-2-0

Número de páginas: 232

 

Sinopsis:

Ana Iris creció escuchando a sus abuelos el relato de dos mundos que se desvanecen. Unos, feriantes, quejándose de que cada vez tenían más trampas y menos perras, porque a medida que la vida se convertía en una feria —la de las vanidades—, la auténtica feria dejaba de tener sentido. Los otros abuelos, campesinos, le transmitieron el arraigo mágico de la tierra. Y fue ese abuelo el que la llevó un día a un almendro y le dijo que lo había plantado él, así que pa ella era su sombra.

Feria es una oda salvaje a una España que ya no existe, que ya no es. La que cabía en la foto que llevaba su abuelo en la cartera con un gitano a un lado y al otro un Guardia Civil. Un relato deslenguado y directo de un tiempo no tan lejano en el que importaba más que los niños disfrutaran tirando petardos que el susto que se llevasen los perros. También es una advertencia de que la infancia rural, además de respirar aire puro, es conocer la ubicación del puticlub y reírse con el tonto del pueblo. Un repaso a las grietas de la modernidad y una invitación a volver a mirar lo sagrado del mundo: la tradición, la estirpe, el habla, el territorio. Y a no olvidar que lo único que nos sostiene es, al fin, la memoria.

 

Reseña:

Me da mucha rabia no haberme leído Feria antes de todo, y con «todo» me refiero al discurso de su autora Ana Iris Simón, por supuesto. Creo que si lo hubiera hecho, habría sido capaz de leer el libro desde otra perspectiva. No quiero decir con esto que mi opinión sería distinta, sino que creo que lo habría leído con la mirada más limpia.

Cuando escuché el discurso de la autora comprende qué era lo que estaba pasando. De repente un discurso en el que se habla sobre cómo nos roban lo rural y cómo nos obligan a no tener familias era un discurso de la derecha totalmente vilipendiado por la izquierda y a mí me costó mucho entender qué sucedía. Entonces empecé el libro, es decir, el discurso versión extendida, y entendí algunas cosas, aunque no todas.

La historia familiar de Ana Iris Simón es entrañable y da gusto leer cómo está contada, el cariño y el respeto se desprende de cada letra. Evidentemente no hay nada que objetar al respecto, es su historia, no es criticable, solo es la suya.

Como decía antes, estoy muy de acuerdo con ella en algunos aspectos: ¿por qué se me puede criminalizar por querer tener hijos con 26 años?, ¿por qué se ha puesto de moda en Tiktok un vídeo sobre cómo jóvenes han fallado a su generación por querer casarse? Pero creo que Ana Iris sobrepasa algunos términos en esta versión extendida de su discurso.

Trata con cierta condescendencia y paternalismo el prototipo de sociedad que está gestándose, dejando entrever que eso de «la revolución será perreando hasta abajo o no será» no es válido porque no se trata de una consigna que su familia gritaba durante todo el siglo XX que ella no ha vivido, pero su familia paterna sí. A mí esto solamente me suena a típica crítica de alguien mayor hacia alguien joven parecida a «esto en mis tiempos era mejor», o «esto en mis tiempos no pasaba» y es extraño porque esos no son sus tiempo, pero parece que estos tampoco.

Y aquí lanzo una pregunta por si alguien quiere contestarme, ya que yo he sido incapaz: ¿estamos creando un mundo que deja de lado a cierto tipo de población joven? En parte creo que sí, aunque me encantaría estar equivocada. Decidme qué os parece.

A pesar de todo esto, o quizá precisamente por todo esto, no se puede terminar esta reseña sin apuntar que estamos ante un libro tierno y que en sus páginas se esconde la historia particular de una familia particular contada de una manera particular.

Me ha gustado mucho el libro, me ha emocionado incluso, sobre todo el final, pero no podía escribir sobre esto obviando parte de la realidad, no quiero hacer así las cosas.

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